La silla Boss ha sabido ganarse su lugar en espacios de trabajo donde el diseño, la comodidad y el profesionalismo no son negociables. Ahora, con la llegada del nuevo color Camel, esta icónica pieza da un paso adelante sin perder su esencia. El tono Camel, suave, sobrio y contemporáneo, ofrece una alternativa que se desliza con naturalidad entre lo clásico y lo moderno, agregando una nota de calidez y sofisticación que no pasa desapercibida. En ambientes minimalistas o más tradicionales, este nuevo acabado tiene la virtud de adaptarse con soltura y aportar carácter sin imponerse.
Una silla que entiende el ritmo del día a día
Tapizada en cuero sintético, la Boss mantiene su carácter funcional con detalles que no solo se ven bien, sino que se sienten bien. El marco cromado resalta sus líneas limpias, mientras los brazos fijos, también cromados y cubiertos en el mismo material del tapizado, suman un punto de comodidad que se agradece en las largas jornadas. Su mecanismo basculante con bloqueo y perilla de tensión permite pequeños ajustes que hacen la diferencia, especialmente cuando el cuerpo necesita un respiro. Las ruedas de goma, resistentes y silenciosas, se deslizan suavemente sobre distintos tipos de superficie, acompañando sin interrupciones el movimiento natural del trabajo diario.
Diseño que suma sin distraer
Disponible en versiones con espaldar medio o alto, la silla Boss no busca imponerse como una pieza de exhibición, sino integrarse con elegancia a cada entorno. Su presencia aporta orden, estructura y equilibrio visual. Es el tipo de silla que se nota, no por exceso, sino por coherencia: su diseño tiene sentido, su forma acompaña la función, y cada elemento encaja en un todo armonioso. Con la incorporación del color Camel, se abre una nueva posibilidad para quienes buscan un toque más cálido y distintivo, sin renunciar a la sobriedad.
La diferencia está en los matices
El nuevo tono se suma a los ya conocidos Blanco, Negro y el más reciente Taupe, completando una paleta que responde a distintos estilos y necesidades. Pero el Camel tiene algo especial: es acogedor sin ser informal, y elegante sin ser frío. Tiene la capacidad de transformar un rincón funcional en un espacio con personalidad, de hacer que una oficina se sienta un poco más propia, más cercana. En tiempos donde el entorno de trabajo influye tanto en cómo nos sentimos, detalles como este pueden marcar la diferencia.
La Boss en Camel no necesita llamar la atención para hacerse notar. Es una elección que habla bien de quien la elige: alguien que aprecia el diseño sin estridencias, que entiende que los detalles bien pensados hacen toda la diferencia. Perfecta para oficinas modernas, despachos personales o proyectos que requieren un balance entre estética y ergonomía, esta nueva versión confirma que a veces, un pequeño cambio de color puede renovar por completo una atmósfera.